El halo inmarcesible de la luna,
el bello titilar de cada estrella,
no pueden compararse, mujer bella,
contigo, la sin par, como ninguna.
En Toboso tuviste tu alta cuna,
¡Oh preciosa y dulcísima doncella!.
En la Mancha dejaste tu honda huella,
y Castilla gozó de gran fortuna.
De España eres orgullo y eres gloria,
tierno amor del andante caballero
Don Quijote, fermosa Dulcinea.
Él lidió, consiguiendo la victoria,
en lucha desigual, con valor fiero,
defendiendo tu honor en la pelea.