DULCINEA

 

 

 

 

 

 

El halo inmarcesible de la luna,
el bello titilar de cada estrella,
no pueden compararse, mujer bella,
contigo, la sin par, como ninguna.

En Toboso tuviste tu alta cuna,
¡Oh preciosa y dulcísima doncella!.
En la Mancha dejaste tu honda huella,
y Castilla gozó de gran fortuna.

De España eres orgullo y eres gloria,
tierno amor del andante caballero
Don Quijote, fermosa Dulcinea.

Él lidió, consiguiendo la victoria,
en lucha desigual, con valor fiero,
defendiendo tu honor en la pelea.

© Antonio Pardal Rivas

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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