FUGACIDAD

 

 

 

 

 

 



Pasó una eternidad sin que surgiese.
Al fin llegó hasta mí luz tan alada,
minúscula expresión de una alborada
tan parva que gozarla no pudiese.

Fue inmenso el resplandor. Cual si supiese
que solo era espejismo de una nada
que antes de nacer murió acabada
carente de preámbulo y de cese.

¡Mas fue tan placentero aquel inmenso
amor que nos unió en tan leve instante

que tiemblo al recordar aquel intenso
fulgor que nos cegó de luz brillante.!

Y ahora, solitario, triste pienso,
¿Por qué fue tan fugaz luz tan radiante?



© Antonio Pardal Rivas
28-03-08




































VOLVER