SIETE ROSAS

 

 

 

 

 

 

 


Ayer asesinaron vilmente a siete españoles veraneantes en Yemen

 

Siete rosas han muerto ensangrentadas
sin saber el porqué del sacrificio.
Siete rosas, ofrendas del desquicio
del odio y las pasiones desatadas.

Las siete, con crueldad ajusticiadas
sin pena, sin condena y sin juicio,
cayeron en horrendo precipicio
cortadas por tijeras desalmadas.

La envidia es el motor de tanta inquina.
No puede soportar la gran belleza
nacida en una tierra que abomina.

Y arranca con crueldad y con bajeza
de forma traicionera y viperina
las flores que demuestran su nobleza.

© Antonio Pardal Rivas

3-07-07

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER