MEDITACIÓN

 

 

 

 

 

 

Alegrate, alma mía, no estés triste.
No pienses en el tiempo transcurrido.
Es prueba de que alegre has recorrido
la senda que con fe siempre seguiste.

Delante mira solo, pues existe
un tramo que se halla aún escondido,
que puede ser radiante y florecido
premiandote el amor que repartiste.

La vida es ignorada singladura
por mares de ilusión y fantasía,
que debe ser surcada con cordura.

Olvida su falaz dicotomía.
Medita solamente en tu andadura,
y apura hasta el final la travesía.


© Antonio Pardal Rivas

14-02-07

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER