LA GUADAÑA

 

 

 

 

 

SONETO EN GAITA GALLEGA

Siempre que pienso en la negra guadaña
siento en mi mente la fe y entereza
que oculta triste la gran fortaleza
que desde niño yo guardo en mi entraña.

Y cuando escucho tañer la espadaña
junto a mi casa con son de tristeza,
noto en mi alma la extraña certeza
de que me acecha la cruel alimaña.

Y es que yo sé que ha llegado la hora
de la partida hacia el valle escondido
en que reposa ya en paz el humano.

Es el momento en que mi alma andadora
llega al final de un vivir desvalido,
hasta encontrar a lo oculto y arcano.

© Antonio Pardal Rivas

3-noviembre-2006

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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