
Murió el pájaro canoro.
Su gorjeo también murió.
Y la flor de sus canciones
igualmente, se secó.
Andalucía llora y llora.
Andalucía está llorando.
Que ya tan solo en el cielo
se escucharán sus fandangos.
Y hasta el rumor de las olas
de las playas de su mar,
gime por la bella rosa
que no volverá a cantar.
Murió el pájaro canoro...
Su cante también murió...
Y las estirpes de Hispania,
también lloran, con dolor...
©
Antonio Pardal Rivas
Junio de 2006
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