INVIERNO

 

 

 

 

 

 

 

En este crudo invierno,
cubierta la belleza de la tierra
con sábanas de blancos ornamentos,
el alma, pudorosa, acalla el llanto,
y oculta sus quejidos y lamentos.

En este crudo invierno,
rodeado de acechanzas y misterios,
los seres que mantienen la cordura,
padecen mil ultrajes e improperios,
y sufren, soportando esta locura.

¡Oráculo insensible que me anuncias
el síndrome de horrendas deslealtades,
helándome en el alma mis sentidos
por tanto sufrimiento adivinado!
¡Destruye con tu olvido los latidos
de un tiempo remembranza del pasado!

¡Invierno de traiciones y acechanzas!
¡De bajas y ruínes ambiciones!
¡No incites a la trágica venganza
de aquellos que alimentan viejos odios,
latentes en sus secos corazones...!

¡Bastante ya sufrieron los ancestros
en luchas fraticidas entre hermanos...!
¡Invierno que nos cubres con tu helor,
preludianos la paz a los que amamos!
¡Y líbranos del odio y del rencor...!


© Antonio Pardal Rivas

Enero, 2006

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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