CONTRICIÓN

 

 

 

 

 

 

Hoy me postrerno ante Ti, Padre Eterno,
huero y deshecho con suma tristeza,
atormentado por esta certeza,
de haber errado en mi afecto fraterno.

Ahora me humillo, Señor, sobre el suelo,
arrepentido de tanta malicia,
cuando actuando con suma injusticia
hundí a otras almas en gran desconsuelo.

Solo te pido, Infinita Bondad,
que me confortes el pecho afligido,
y que te apiades al verme llorar.

Y si en mis actos faltó caridad,
mírame , triste, ante Ti, arrepentido,
y oye el perdón que te vengo a implorar.


© Antonio Pardal Rivas

Diciembre, 2005

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER