A TI, MADRE

 



A todas las madres que, por desgracia,
ya no están con nosotros.




Cántame una nana, madre,
que ésta noche estoy sin sueño.
Cántamela como siempre,
como cuando era pequeño.

Cántame una nana, madre,
la estoy echando de menos.
Cántamela despacito,
susurrándola en silencio.

Cántame una nana, madre,
porque sin ella soy huérfano;
que aún conservo el recuerdo
de tus caricias y besos.

Cántame una nana, madre,
que estoy soñando despierto;
que estoy sintiendo dolores
que se clavan en mi pecho.

Cántame una nana, madre,
que me sirva de consuelo.
Cántamela como siempre,
aunque sea desde el Cielo.



Emilio García del Nido.
20-agosto-2.007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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