El cielo se está quedando sin color, 
la música se convirtió en ruído, 
incoloridad y estridencia se ha unido 
y hasta el día se ha quedado sin calor. 
Repica una campana que no suena, 
no se oye el redoble del tambor, 
ya no hay movimiento en el temblor 
y es patética la vista de la escena. 
Quiedro ser paleta de colores 
y dejar pintado el mundo de acuarela, 
subir peldaño a peldaño la escalera 
y devolver a las flores sus olores. 
Porque el mundo lo está necesitando, 
que le fata color, música y olor, 
ya que todo está impregnado de dolor 
y es AMOR lo que le está faltando.
          Emilio García del Nido. 
        16-agosto-2.008.