EPITAFIO:
Aquí enterraron de balde
por no hallarle una peseta...
No sigas ¡Era poeta!
En un rincón de la estancia
añosa y desvencijada,
con luz de vela de cebo
con tinta y con pluma blanca
está escribiendo unos versos
un poeta de añoranza.
Éste poeta que anduvo
pidiendo y medrando hogaza
nos dejó para el recuerdo
lo mejor de su enseñanza.
Hoy el poeta no medra
que hasta tiene pluriempleo
y le está faltando tiempo
para escribir sus deseos.
Sólo con el privilegio
algunos poetas viven,
con estilógrafo escriben...
¡ Las cosas del sortilegio !
Emilio García del Nido.
10-agosto-2.007.