SENECTUD

 

 

 

 

 

Anciana, fumo, rio y me divierto
contemplando este mundo de locura
en busca de un absurdo que no cura,
de seres que no encuentran lo que es cierto.

El agua del amor siempre yo vierto
queriendo hacer eterna, mas no dura,
trocando la alegría en amargura
por no mirar el cielo que está abierto.

No desprecies al viejo, quizá es sabio
pues sabe del dolor, desdicha vana
y de esa eternidad que no conoces.

Un destello de luz da brillo al labio
esperando obtener otra mañana
para volar despues hacia otros goces...



Sofía Martinez-Avellaneda
26 de agosto de 2007

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER