SIEMPRE AMOR

 

 

 

 

 

Contradicción perenne: bien y mal
mezclados en el vaso de la vida
clamando sin cesar por la perdida
inocencia de aquel mundo irreal.

Bebimos de la pócima letal
que adormece la fe que el alma anida
vagando entre la sombra no elegida,
temblando con vestido de cendal.

Ningún sabio tendrá la solución
al arcano que rige la existencia,
oculto más allá de la razón.

De pronto un palpitar, una evidencia
al resonar la voz del corazón
que canta ¡siempre amor! con su cadencia.





Sofía Martinez-Avellaneda
31 de marzo de 2007

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER