La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma, que cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca. 
Enrique Heine. 
        
  Y loco se volvió, 
  (o así lo aparecía) 
    saliendo de esa gruta 
    de los ayes malditos, 
    de estupidos prejuicios 
    sin sentido ni fin. 
    
    Se quitó la careta 
    y libre se sintió 
    sin ataduras ciertas, 
    sin esperar los sueños, 
    soñando realidad. 
    
    Y pensó en ese mundo 
    que en sus noches veía, 
    en un prado de flores 
    de singular verdor. 
    
    Se volvió primavera, 
    rebrotando sus tallos 
    y el nuevo renacer 
    fue ungido de perenne 
    cual ser de eternidad... 
    
    
    
          
      
      
        
        Sofía Martinez-Avellaneda 
          15 de marzo de 2008.