DEPRESIÓN

 

 

 

 



Perdida la esperanza se fue andando
por senderos de tierras inefables,
cubiertas de maleza miserables
mientras la luz del sol se iba apagando.

Llegó la oscuridad casi reptando,
largas noches de espera, insoportables,
con la ansiedad enroscada como cables
que con finura cortan provocando.

Se fue muy tristemente hasta la playa
y contempló su mar desde la arena
decidido a ganar su gran batalla.

Volvió su voluntad, ya sin cadena,
y esa voz interior que nunca calla
le dijo:con las olas va tu pena...




Sofía Martinez-Avellaneda
10 de marzo de 2008.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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