INCÓGNITA

 

 

 

 



Al ver la calavera descarnada
con las órbitas huecas sin recato
medité en la verdad de aquel retrato
sabiendo el porvenir de no ser nada.

Para todos igual, sin alborada,
resumida la historia, un sólo dato,
ya no importa la dicha o el maltrato
convertida en aquello, ya acabada.

La voz que habla en silencio me decia:
lo que tus ojos ven es apariencia,
el tiempo se acabó y a nadie fía.

Se terminó el teatro, mas la esencia
circula en libertad por otra vía
sin ropaje..., desnuda la conciencia...




Sofía Martinez-Avellaneda
21 de diciembre de 2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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