UN SUEÑO TUVE AYER EXTRAORDINARIO
Un sueño tuve ayer extraordinario
y al cabo he despertado al realismo;
los años han pasado y no es lo mismo,
volví a vivir mi mundo imaginario.
El mundo de las locas fantasías
que inundan mi cerebro; y sus caudales
se esparcen por mis venas a raudales,
llenándome de penas y alegrías.
Compleja maquinaria es la persona...
Entiendo ya el por qué a Su semejanza
nos hizo el Creador, en Su esperanza;
a Él mismo Su soñar no le abandona.
Quimeras e ilusiones transmitidas
del Mágico Escultor. Sus criaturas
habrían de vivir mil aventuras,
igual que las que sueña su Rey Midas.
Lo malo del asunto y lo maldito,
y en ello en Su quehacer no cayó en cuenta,
que igual que el escritor que un cuento inventa,
Él puede corregir Su manuscrito.
El hombre sometido, sin embargo,
a cargas que son míseras y humanas
no puede éste cambiar; y, aunque con ganas,
no logra despertar de su letargo.
Y vive un sin vivir toda su vida,
soñando en el amor y en la fortuna,
sabiendo que su meta sólo es una:
Yacer bajo la tierra removida.
Si nace nuevamente a otra existencia
por todos - en verdad - que es ignorada,
habrá de comenzar nueva jornada
valiéndole de poco su experiencia.
Pues toda quedará en la sepultura,
debiendo comenzar todo de cero.
Les digo en realidad, siendo sincero:
Prefiero no vivir otra aventura.
Francisco Escobar Bravo
6 de junio de 2007