MI VIDA JUGUÉ TODA EN UNA APUESTA

Mi vida jugué toda en una apuesta,
pensando que era fácil la partida;
hoy pienso que la misma está perdida
y así ya he de vivir lo que me resta.

Mejor será pasarlo en una siesta
eterna y sin pensar en la honda herida
causada por mi error. Mal elegida
tomé una decisión y fue funesta.

No sé por qué siquiera me lamento,
si fue libre elección del alma mía.
Merezco, sin dudar, un escarmiento:

Vagar y envejecer sin compañía.
¡Y yo que imaginé vivir contento..!
Fue loco mi soñar, fue una utopía.


Francisco Escobar Bravo
27 de mayo de 2007

VOLVER