ME QUIERES AMARGAR, ¡MALDITA SEA!
Me quieres amargar, ¡maldita sea
la vez que te hice caso! No sabía
la trampa en que yo solo me metía,
de riesgo tan fatal no tuve idea.
No pienses que de miedo se marea
mi bravo corazón. Mi valentía
capaz es de vencer tu felonía,
mi espíritu se crece en la pelea.
Mas deja de incordiar por un momento,
recobra la razón y la cordura;
aquello que fue bello es hoy lamento,
no sigas adelante en tu aventura.
Si un día yo te amé, bien me arrepiento;
mas puedes más perder tú en la aventura.
Francisco Escobar Bravo
14 de mayo de 2007