ME SALVÉ DEL INFIERNO
Me salvé del Infierno por muy poco.
Ya no vuelvo a pecar, eso es seguro.
Dejaré de soñar o estaré loco,
mas por cuerdo me tengo y bien maduro.
Si en un tiempo jugué, ya se ha acabado;
las locuras de ayer echo al olvido.
Por fortuna salvé lo más preciado
y por ello a mi Dios perdón le pido.
No permita que peque nuevamente,
que me aleje de torpes aventuras;
Y si vuelvo a pecar, siendo indulgente,
considere mi error cual travesuras.
Evitarlas prometo, aun conociendo
mi carácter gentil y calavera;
pero sé que el instante ya va siendo
de acabar con mi vida aventurera.
En Sus Manos, así, mi vida entrego.
Él conoce de sobra mi talante.
A su fin ha llegado ya mi juego,
Sus palabras oiré ya en adelante.
Francisco Escobar Bravo
25 de abril de 2007