LAS LÁGRIMAS CORRIERON POR MI ROSTRO
Las lágrimas corrieron por mi rostro
pensando en que mi dicha había perdido
por culpa de palabras insensatas
que dije sin cordura y sin sentido.
Lloraste tú también... ¡Cuánto me duele!
No valgo yo ese llanto que has vertido.
Disculpa mi torpeza, vida mía;
sumido en la amargura te lo pido.
¡Devuélveme el cariño que me diste
y anoche me quitaste justamente!
Te doy mi corazón. Tuyo es entero.
¡Confía en tu poeta nuevamente!
Francisco Escobar Bravo
11 de abril de 2007