CATORCE DE CATORCE PATAS

 


I

Un reto me han lanzado, y a él abierto
acepto el desafío con presteza.
A ver cómo responde mi cabeza,
habrá que estar bien ágil y despierto.

Catorce de sonetos… ¡Bien cubierto
de gloria he de quedar si la proeza
alcanzo a conseguir con entereza
y cumplo la tarea, vivo o muerto!

Comienza la mañana. Tengo el día.
Dispuesto a la labor solicitada,
recemos porque tenga Fantasía

pues falta me va a hacer en la jornada.
¿Y hablar de qué hablaré, si todavía
la tarde ya llegó y no tengo nada?


II

Quisiera yo engendrar el más hermoso
soneto nunca escrito, mas mi pluma
es pobre para empresa de tan suma
grandeza y mi pavor es horroroso.

Mi léxico es humilde, escaso y soso;
sumida está mi mente en una bruma
espesa y pegajosa que me abruma,
hundiéndome en abismo tenebroso.

Hallar debo la rima consonante,
la tónica crucial que dé elegancia.
Me temo no ser bueno lo bastante,

no tienen mis palabras la prestancia
debida a tal tarea; mas, no obstante,
termino ya a pesar de mi ignorancia.


III

Catorce patas negras ha el soneto
y todas rimarán en consonante.
Acentos en segunda y elegante
se queda así el poema y más coqueto.

Lo cierto es que metido en un aprieto
por culpa de mi genio y mi talante
me encuentro. Si consigo ir adelante
jamás aceptaré más otro reto.

Lo grande de este evento es que mirando
la parte de la apuesta que está escrita
no veo ningún verso cojo o blando.

La cosa da impresión de ser bonita.
Veremos cuánto dura y hasta cuándo
la Musa no se va de mi garita.


IV

Yo tengo una costumbre muy curiosa:
Decir siempre verdad y ser sincero.
Tan sólo en mi rodar aventurero
torné mi certidumbre en mentirosa.

A cierta mujer fea llamé hermosa
y a varias engañé con un te quiero.
mas siempre me porté cual caballero;
que vale, en mi opinión, más que otra cosa.

En nombre de mi Dios no juré en vano.
A nadie le hice daño con consciencia.
Al prójimo le amé como a un hermano

y supe perdonar con indulgencia.
Mis vicios dominé, pues soberano
fui siempre de mi honor y mi conciencia.


V

Cualquiera ha de pensar que estoy en casa,
en cómodo sillón arrebujado,
teniendo bellas Musas a mi lado
soplando en mi cerebro a ver qué pasa.

Mas piensa mi cabeza, mientras tasa
el número que ayer salió premiado,
la rima conveniente. Estoy cansado,
mas debo trabajar mientras la amasa.

Sencillo es escribir cuando hay dinero
bastante y suficiente en cualquier Banco.
Lo malo es escribir de jornalero,

buscando el bien rimar mientras arranco
cupones de las tiras: - Caballero,
aquí tiene su cambio
. - . No soy manco.


VI

Espero no pensases, amor mío,
que inmerso en mi labor yo te olvidara.
Hay tiempo para todo y hasta para
decirle algún piropo a tu tronío.

Mensaje me escribiste y es sombrío
lo poco que leí, pero no es tara
que frene mi trabajo si a la cara
te miro con pasión y te sonrío.

Parece que me dices que se ha muerto
aquel amor ardiente que sentías.
Te digo, en plena apuesta, que no es cierto,

que a veces sólo dices tonterías.
¿Equívoco también o acaso acierto?
Opino que tus penas son las mías.


VII

Si matas mi ilusión es una pena
después de tanto amar. Tiempo perdido.
Pensar que pudo ser y que no ha sido
es lóbrega y fatídica condena.

Dispuesto estoy, por mí, a esa cadena
romper sin exhalar ningún quejido.
Gemir, pero de amor; que ese gemido
de fuerza y de ilusión mi vida llena.

Recemos del amor las dulces preces
cual mágica y sonora Letanía.
Mi amor, di de verdad lo que me ofreces;

te ofrezco yo mi amor, mi Poesía.
Que poco valdrá hoy, pero con creces
su precio aumentar puede cualquier día.


VIII

No presumí jamás de ser poeta
por mucho que en un día hubiese escrito.
No soy ni mucho menos erudito,
bañarme en los elogios no es mi meta.

Confieso que mi genio es muy veleta,
que puedo en un instante dar un grito;
mas vuelvo a transformarme en corderito
y a todos mi opinión siempre respeta.

Conozco que me tildan de paleto
y juzgan mi carácter de irascible;
posible es que sea cierto, pues me meto

en luchas por lograr un imposible.
Si lidio con afán, muestro respeto.
Y al odio y al rencor soy insensible.



IX

Hagamos una pausa en la tarea,
fumemos un cigarro velozmente;
dejemos que repose ya la mente,
que tanta y tanta rima me marea.

Ganada está la apuesta aunque no sea
por más que demostrar que soy valiente,
que nada me amedrenta y no consiente
mi genio ser juzgado en forma fea.

- Poeta no es crear inmensa obra,
prolífico escribir. Es sentimiento
. -.
Así dijo un sin don. A mí me sobra,

Dios quiera que por años, el talento
de hacer hermosa y bella Poesía
repleta de ilusión y de alegría.


X

En pleno ardor me siento a los sesenta,
bien nítida y brillante está mi mente;
quizás echo de menos, solamente,
la fuerza que tenía a los cuarenta.

Mas miro para atrás y me doy cuenta
que entonces yo vivía únicamente
por medio del alcohol y malamente
hubiera así cumplido los cincuenta.

Ganó la sensatez, dejé la copa;
me siento en la vejez más vigoroso.
Nadar pero a la vez guardar la ropa,

saber debe aprender quien, deseoso,
aspire a madurez bella y potente.
Quien sirve al dios ALCOHOL es un demente.



XI

Amigo y compañero, sé clemente
con esta mercancía delicada.
Son gotas de mi sangre derramada
quizás por tozudez de ser valiente.

Poeta que me leas, sé prudente
y piensa en mi cabeza fatigada.
Estamos al final de la jornada
y queda material para otros veinte.

La apuesta la acepté por estar loco;
al cabo mi ilusión está cumplida.
Los versos se gestaron poco a poco

en sólo una mañana de mi vida.
Catorce escribiré. Si me equivoco,
ganar no habré logrado la partida.



XII

Acaba la jornada y todavía
no brotan las palabras de mi mente;
no tiembles, corazón, y sé paciente,
que quedan muchas horas en el día.

¡Qué triste soledad y qué agonía!
Trabaja mi cerebro febrilmente;
la luz se va a apagar rápidamente.
No rinde mi magín como creía.

Mas tiempo queda aún, estoy seguro
de dar esta labor por terminada.
Ya sé que hacer sonetos es muy duro;

más dura de mover se hace la azada.
Tranquilo permanezco y no me apuro,
la apuesta a medianoche está ganada.



XIII

Ya sólo dos me quedan. ¿Por ventura
merézcome ganar el desafío?
Me pienso que el triunfo es casi mío,
mas queda que se acabe la aventura.

Las fuerzas ya escasean y perdura
el paso de las horas, como un río
que arrastra con sus aguas un navío
repleto de mi pena y mi amargura.

No da para ya mucho la mañana,
habrá que ir a comer. Nueva energía,
descanso y que termine la semana;

entonces la victoria será mía.
Que vayan preparando la campana,
que larga es esta tarde todavía.



XIV

Catorce me escribí, como un jabato;
así, sin más pensar, tan fácilmente.
Tocando varios temas, los que siente
el alma del poeta en su arrebato.

Llegado ya el final de este relato,
diré que no es verdad que solamente
volar pueda el cerebro libremente
en verso libre y blanco. Es mentecato

quien tal cosa afirmara de la rima.
Corsé suele llamarla quien no sabe;
en cambio el que es poeta bien la mima,

formando con su acento el arquitrabe
del verso que se aprecia y que se estima.
La rima es primordial en lo que cabe.

Lo válido es que acabe
quien lea mis sonetos satisfecho.
Es ésta la verdad y éste es el hecho.

Francisco Escobar Bravo
28 de julio de 2006

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