LA EDAD SE ME PASÓ DE LA AVENTURA

 

La edad se me pasó de la aventura -,
me digo en mi interior pero prosigo
en ella el deambular; soy poco amigo
de un lento envejecer pleno en cordura.

Obrar de forma así será locura,
no pienso discutir; mas si consigo
al cabo mi ilusión colmar contigo,
será que no fue en vano mi postura.

Pasada ya la edad del devaneo
no busco más amores que el preciso,
no corro sólo a impulsos del deseo

pues debo al corazón pedir permiso;
tratándole con mimo y no ajetreo,
no sea que a latir se haga remiso.

Jamás me dio un aviso,
mas puede que lo hiciera si cuidado
no tengo y si lo esfuerzo demasiado.




Francisco Escobar Bravo
13 de marzo de 2008

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