LA LUNA QUE A TI TE ALUMBRA

 

La Luna que a ti te alumbra
también luce en mi ventana
pero a diferentes horas,
pues tu noche es mi mañana.

Y tu mañana mi tarde,
tu mediodía mi ocaso;
cuando tú vengas a verme
ya del reloj no haré caso.

Pero, mientras, es preciso
que controlemos las horas;
ten la maleta dispuesta,
que no se admiten demoras.

Y el día por fin que vengas,
cuando tú me digas cuándo,
iré en busca de tus besos.
¡Vida mía, estás tardando!

Porque ansío emborracharme
con el néctar de tu boca
y te aseguro, mi cielo,
que tengo sed y no poca.

Ahogarme quiero en tus labios,
en tus senos y en tu nido;
para, después, satisfecho
y a gusto quedar dormido.

¡Ay, sueños de mi cabeza
que se pierde enamorada!
Cuento los días e insisto
que estás tardando, mi amada.



Francisco Escobar Bravo
5 de febrero de 2008

VOLVER