DOLIDA COMO NUNCA TENGO EL ALMA


Dolida como nunca tengo el alma.
No sé ni qué pensar ni lo que siento.
Ni vivo en inquietud ni vivo en calma,
mas tengo que vivir y lo lamento.

Mejor poner fin fuese a mis días;
vivir ya no merece ni la pena
si nunca volverán las alegrías,
si siempre he de sufrir tan cruel condena.

Mas tengo que seguir siempre adelante…
¡Levanta, trovador y escribe un verso
con ímpetu y vigor! ¡Tu consonante
que inunde con su ritmo el Universo!

Ya el tiempo llegará de estar callado
el día que la Parca corte el hilo.
En tanto, ten valor y ten cuidado;
mantén tu corazón siempre tranquilo.


Francisco Escobar Bravo
15 de agosto de 2007

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