Peregrina se perfila
el jardín de tus vendimias,
navegando con su aroma
mis sembríos y sus fimbrias.
Alboradas que ya sienten
en tu piel suave y muy tibia,
estas ganas de besarte
cuando invaden mis arritmias,
el saberte en madrugadas
las ideas que me lidian,
de tenerte sin descansos
con deseos celotipias,
mi guerrera de altas cumbres
que en mi ser… vives valquiria.
Me propone tu mirada
un instante de vigilia,
tus momentos entregados
con suspiros que me asfixian,
y morir en ti por siempre
con mi mano en la Biblia
solamente en ti, porque eres
la mujer de mis delicias…
Juan José
15 de abril de 2007