Mientras evoco la tenaz ausencia,
me llegan los retratos del pasado
y su vivir dichoso, acompañado
por tu feliz y mágica presencia.
Hoy todo es hueco, estéril, sin esencia,
cual árbol de sus ramas mal podado,
sin hojas y en jardín menospreciado,
por falta de tu alegre florescencia.
Con ansia espero alegre primavera,
para ver si tu flor de nuevo brota
y el otoñal de vida reverbera.
Pero me temo que el afán se agota,
donde la muerte vive y persevera,
hasta que llegue mi postrer derrota.
Carlos
28 de enero de 2008