Como será tener necesidad
para apagar el hambre, vas al mar,
sin miedo, sólo con la dignidad
a cuestas y el afán de consumar
el bendito deber, la parvidad
de tu estirpe aliviar y transformar
la casa en nido de felicidad.
Pero no olvides tu defensa armar
y no pagar al piélago gravamen
que trunque el rumbo de floja barquilla
y lo lleve al abismo sin velamen.
Di a Poseidón y nobles, no reclamen
tributo a marineros de sencilla
condición y sus iras no derramen.
Carlos
8 de septiembre de 2007.