INQUINA

 

 

 

Está mi corazón impenetrable,
siendo tus atributos primorosos,
tienes el tuyo seco y miserable
por los actos tan viles y ominosos,
de los que yo no soy corresponsable,
por eso buscaré vientos dichosos.
Es la inquina alevosa, por maligna,
y es su dueño persona cruel e indigna.




Carlos
10 de agosto de 2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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