PESAR

 

 

 

El alma tengo llena de amargura
por no querer oír la explicación
que me brindabas, era tu intención
la más sublime, llena de cordura.

La rechacé sumido en la locura
de mi encono, ahora, sin opción
de resarcirte por tan infame acción,
visito con tesón tu sepultura.

Te pido pesaroso la piedad
que en vida con rigor te denegué,
por ausencia de nimia caridad.

De forma vil tu arrojo castigué.
Desde ese día en aguas de ruindad
vivo, por la bondad que no otorgué.




Carlos
7 de agosto de 2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER