Soñé cual niño en promesas juradas
al calor de tu mirada valiente
con tus pupilas azules al frente,
limpias y puras de amor declaradas.
Llegaron pronto tus farsas malvadas,
se corto el lago sin pacto ni puente,
de allí brotó un caudal en torrente
de ofrendas sin cumplir, hoy abjuradas.
A mi viniste en candor embustero
con tu piel cálida, ávida y sensual,
rápido y real se mostró el artero
manejo, seca destreza desleal,
erró en el blanco tu tiro certero
lleno y forrado de estilo amoral.
16 de febrero de 2007.