A ti mujer, mi dulce hada madrina
de porte señorial y deslumbrante,
como el volar alegre, itinerante,
de la vivaz y dulce golondrina.
Tienes donaire, rosa cantarina,
y gracia salerosa, exuberante
es tu mirada, bella y fulgurante
la silueta, cual ágil danzarina.
Tu pelo crespo, forma encaje en seda
fina, que con sus ondas embellecen
la flor más bella de mi rosaleda,
donde tus ojos nobles se florecen
como rosales que brotan sin veda,
bailando con los aires que los mecen.
Carlos
2 de marzo de 2008