PASTOR EN CASTILLA

 


Ya suenan las campanas
de los campanarios viejos.
Tañidos que anuncian el alba,
sones… despertando la mañana.

En el hogar los leños
arden dando calor y alegría,
enviando humos al cielo.
Señalando los buenos días.

La olla está sobre el fuego
repleta de sopas de ajo,
merecido desayuno
junto con leche y galletas
para empezar la jornada.

Camino de la faena,
guantes de lana
bufanda y gorro.
Pues es invierno
y está alojado el frío,
en el campo castellano.

Del redil suelta ovejas
ayudado por los perros.
Caminarán hacía el monte
acompañados por un asno,
pastor, perros, ovejas.
Donde estarán todo el día.

Las sombras del anochecer
acompañan su regreso.
Hoy el sol fue un amigo
que se mostró generoso,
pero ya se ha escondido.
Hora es ya de volver.

Antes de entrar en la casa
ha de encerrar el ganado,
acomodar al asno y los perros.
Y ante la puerta…
una mirada hacía el cielo.
Saludando a su estrella.

Entrando en la casa
enciende el fuego,
calentando cena y estancia.
Sobre la repisa de la chimenea,
hijos, hijas, yernos, nueras y nietos
en un montón de retratos.
Los mira y piensa…
Se acercan las fiestas,
pronto será visitado.

Sobre todos destaca,
el de una mujer anciana.
Que se fue hace tiempo.
Y no la puede olvidar

Se la lleva junto a él
para acompañar el sueño.
Mientras le va hablando.
¡Pronto estará con ella!
¿Qué será del monte,
perros, ganado y su tierra,
cuando esté junto a ella?

Ya suenan las campanas
de los campanarios viejos.
Tañidos al anochecer
sones… anunciando sueños.
Del viejo pastor
que duerme esperando.
¡Encontrarse con su amada!

Y las estrellas del cielo
hacen pícaros guiños.
¡En la tierra castellana!

Al-campoamor. 18-septiembre-2006.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER