ANACORETA

 


El viento mueve sus cabellos
como una canción al compás
que rompe el silencio de la noche
ahogando su llanto interno.

Inmóvil, una sombra en la montaña
que asemeja un risco, parte de su amada
porque amaba la montaña, y esta
generosa responde, con la serenidad
que al menos, ella le devolvió el amor.

Viejo anacoreta, antiguo vividor,
se refugió en la soledad
y ésta le parte el alma;
pero poco importa, ya no la posee:
en un minuto del tiempo la perdió
y nunca la pudo encontrar

Dicen que mira la luna
porque la quiso alcanzar,
y dicen que ésta le dijo:
sólo esto es lo que puedo dar

En sus ojos verdes, rojos por el llanto,
la niebla arrulla un canto, y una lagrima.
Su morada es la montaña,
el refugio la soledad,
es esa amiga fiel que le calma;
él es un ánima, que está buscando el alma
para llevarla consigo
en su último viaje.

Sentado en el risco,
la frente alta y la mirada
hacia las estrellas y a su amada.
Cierra los ojos y aún la ve.
La calma se apodera de su interior

Descansa, viejo anacoreta.
Encuentra ahora la paz.
¡La paz que te negó la vida!

Al-campoamor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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