DESEOS

 

 

 

 

 

El ya te lo dijo millones de veces:
que amaba a la otra,

a la que le unián unos lazos fuertes,
duros cual la roca.

Te dió su amistad, te entregó su afecto,
y tú, ilusionada

soñaste cariños que jamás salieron
de su boca amada.

Quisiste alcanzar en tu amor tardío
una luz lejana,

y al no conseguir siquiera un suspiro
quedó rota tu alma...

¿Por qué te dejaste llevar de unos sueños
y de una aureola?

¿No te diste cuenta que al pasar el tiempo
te quedabas sola?

¡Olvida su nombre! ¡No sufras, mujer!
¡Prosigue tu vida!

Él tan solo quiere que seas como ayer
y cures tu herida...

 

© Antonio Pardal Rivas