MI CALEÑA

 

 

 

 

Este Rincón tan hermoso
donde yo te conocí,
lo llevo preso en el alma
desde el día en que lo ví.

Su sol me llenó de gozo,
sus playas de dulce encanto.
Aquí me sentí dichoso,
y olvidé mi triste llanto.

¡Cuantos años han pasado,
desde que encontré tu amor!
¡Cuanto cariño me has dado,
hasta aliviar mi dolor!

Aún me acuerdo de aquel día
en que a tu tierra arribé,
no he olvidado todavía
lo triste que a ella llegué.

Pero tuve la gran suerte
cuando mas hundido estaba,
de llegar a conocerte,
mi caleña bienamada.

Y entonces cambió por siempre mi vida,
volví a recobrar la fe por vivir,
pues fuiste curando paciente la herida
que me hacía sufrir.

Y entonces a gloria tañeron campanas,
y abriendo los ojos descubrí otra vez,
la dicha, la luz, la paz de mis canas,
con tu amor, mujer.

Vivímos felices mis años maduros,
colmaste mi pecho de amor, vida mía,
mi fiel compañera de los tiempos duros...
mi tierna alegría...

Por eso es que ahora, dichoso, bendigo
tu amor, tu dulzura, tu luz y tu gloria,
los años de cielo que viví contigo,
mi amada Victoria...


© Antonio Pardal Rivas

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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