AURORA

 

 

 

 

 

La aurora ya reparte un suave encanto
de gotas de rocío en la espesura,
oculta por la húmeda angostura
que arropa la alborada con su manto.

Resalta el carmesí del amaranto,
contraste del verdor y la frescura
del prado que tapiza la llanura,
con flores perfumadas de alicanto.

Y mientras el ciprés, altivo, mece,
sus ramas con la brisa matutina,
yo gozo rebosante de alegría,

absorto por el Sol que ya aparece,
abrigo del pardal que dulce trina
la gloria de vivir un nuevo día.


© Antonio Pardal Rivas

Octubre-2006

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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