HIPERTERMIA

 




Traspasando impunemente y a traición
el limpio y transparente cristal de la ventana,
un atrevido y audaz rayo de sol
se posó en la colcha de mi cama.
Era una tarde de un día cualquiera
en la que mi frente ardía de fiebre,
y aquel rayo de luz me despertó
de la postración en que estaba sumido.
Había en mi delirio sueños imposibles,
de paz y concordia, ¡quimera inaudita!.
Utopías de amor de hermanos unidos
tachonado todo de igualdad sublime.
Como noria que gira extrayendo
y, sacando al aire las realidades,
la testa rodaba, y desengañado,
odié aquel momento y a la luz,
que en lugar de cegar mis ojos,
abrió las cortinas de mi entendimiento
mostrándome así, que en vez de delirio
había un deseo, que no sé si un día
borrando utopías, se hará realidad.




Emilio García del Nido.
12-septiembre-2.007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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