A MI ESPOSA

 


Amarte para siempre no es bastante,
querida esposa, amiga y compañera.
Eres el bálsamo que cura mis heridas.
Eres el hombro en el que posar mi desconsuelo.
Eres el desahogo de mis penas.
Eres amor, ternura, felicidad y gozo.

Cuántas páginas escritas en nuestras vidas
que el paso del tiempo inexorable
no borrará jamás de nuestra mente.
Cuantos avatares, juntos hemos sufrido, mas
por encima de todo, cuanto amor hemos derrochado.

Y seguiremos así mientras la vida
nos permita el placer de contemplarnos.
Los largos años que juntos viviremos
serán el colofón final de mi epitafio.


Emilio García del Nido.
18-julio-2.007 .

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER