NO

 

 

 

 



No, no quiero dormir, tiempo tendré
cuando llegue el final, el sueño eterno
despertando en la gloria o el averno
o quizás en la nada sin por qué.

El cuerpo destruido, eso lo sé,
los gusanos comiendo lo más tierno,
espectáculo digno del infierno,
los huesos es lo poco que se vé.

¿Pero mis pensamientos donde irán?
¿y el amor tan profundo que sentí?
no, las promesas dadas quedarán.

La justicia lo avala, no mentí,
como el viento, invisibles volarán
a esa región ignota que está allí...



Sofía Martinez-Avellaneda
5 de noviembre de 2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER