EL SOLDADO

 

 

 

 

 

Revuelto entre las tropas el soldado
no sabe ya que hacer pues no es su guerra,
desea ver sus campos y su tierra
y sentir de su amor que aún es amado.

No entiende todo eso, está cansado
y sueña con los montes y su sierra,
ver como el cielo azul feliz se encierra
en la noche del sueño ilusionado.

Pero no puede ser ¿es el deber?
¿o el deseo de aquel que ahora mandaba?...
todo de otra manera pudo ser.

El soldado escondido le lloraba
a ese Dios que en su infancia pudo ver
Aquel que con su amor le consolaba...




Sofía Martinez-Avellaneda
26 de agosto de 2007

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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