Y DIJO EVA
(Segunda parte)

 

 

 

 

 

Me reprochas mi empeño por cuidarte
despreciando mi amor con tu desvío,
un caballo tendrás, cruza ese río
y busca otro lugar donde alojarte.

Tejí gozosa el lienzo donde amarte
soportando con fe tu desvarío
de tu forma de amar yo me sonrío
mas de mi vida nunca he de alejarte.

Porque mi amor es llama que ni el viento
podrá apagar con soplo enfurecido,
aunque clame tu nombre con lamento.

Y siempre en el rocío amanecido
y en las brumas del tiempo triste y lento
te esperaré ¡mi amor! ya renacido...




Sofía Martinez-Avellaneda
3 de agosto de 2007

 

 

 

 

 

 

 

 

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