MORIR DE AMOR

 

 

 

 

 

Jamás ningún amor lleva la muerte
mas se puede morir por un amor
envuelto en la tristeza del dolor
fruto de soledad que vuelve inerte.

Separación letal, laxa la mente,
el abismo que llama con clamor,
todo es oscuridad sin un fulgor
que alumbre algún camino para el ente.

Cual vela se consume poco a poco,
ya no existe razón de la existencia
perdida aquella luz que era su foco.

Murio la rosa ya pero su esencia
perdura en el recuerdo de aquel loco
que no pudo acallar a su conciencia...




Sofía Martinez-Avellaneda
3 de abril de 2007

 

 

 

 

 

 

 

 

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