IN AETERNUM

 

 

 

 

 

Cuando llegue el final miraré al cielo
y soñaré encontrarte, estoy segura,
en tu mundo feliz. No, no es locura
el ansia que me grita con anhelo.

Sólo estás encubierto con un velo
que desde que te fuiste fue amargura,
acíbar de dolor sin una cura,
asaltando en mis noches con su celo.

Jamás pude olvidarte, buen amor,
siempre esperé el retorno de tu ausencia
y volver a abrazarte con fervor.

El tiempo se consume, con paciencia
espero que me llame mi Señor
para unirnos sin cuerpo, en pura esencia...





Sofía Martinez-Avellaneda
27 de febrero de 2007

 

 

 

 

 

 

 

 

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