POR NADA

 

 

 

 

 

Con tus dardos crueles conseguiste
helar mi corazón, no siento nada
ni noto ya el dolor , ya no me enfada
la alevosa traición que cometiste.

Le pregunto a la noche si supiste
valorar esa gema que entregada
te fue sin condición, dádiva dada
sólo por un amor que no sentiste.

Las espadas llovieron por respuesta,
el mar se ensombreció con tanto lodo
y el viento se hizo oir con voz funesta.

Despues vino el silencio de tal modo
que reinó una tristeza manifiesta
muriendo la ilusión en su recodo.






Sofía Martinez-Avellaneda
25 de febrero de 2007

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER