Te imagino como esa mariposa
que vuela al infinito
en soledad gloriosa.
Frágil, sin armadura que le pese
en su volar certero
a un destino esperado.
Que atisba en el jardín del sol perpetuo
margaritas bañadas por rocío
y en su frescor reposa
para seguir su vuelo
hacia la eternidad
donde el tiempo se rinde..., ya vencido...
Sofía Martinez-Avellaneda
18 de febrero de 2008.