CUANDO DAS CON UNA ARPÍA
Cuando das con una arpía
has de andar con gran cuidado;
pues lo mismo, a sangre fría,
puede atizarte un bocado.
¡Qué gran razón tiene el dicho
y cuánto razonamiento!
Que anda suelto mucho bicho
y habrá que andarse con tiento.
Pude salvarme, por suerte;
me acompañó la Fortuna.
Si no, me causa la muerte
la muy ladina y muy tuna.
Que nadie me llame duro,
ni que exagero sospeche;
en verdad os aseguro
que tiene muy mala leche.
Yo por buena la tomé,
luego pensé que era loca;
en ambas veces erré,
el más sabio se equivoca.
Ni es honrada ni es demente
y suplanta sin permiso;
ocurre que es mala gente,
que conste que di el aviso.
Francisco Escobar Bravo
29 de mayo de 2007