ARDIENDO DE PASIÓN SIENTO MI PECHO

 

Ardiendo de pasión siento mi pecho,
la flecha me ha alcanzado de Cupido;
tu voz me ha arrebatado hasta el sentido
y estoy de que así sea satisfecho.

No quise yo buscarlo, mas sospecho
que el Hado lo tenía decidido;
por ello, amada mía, yo te pido
que vengas prontamente hasta mi lecho.

Después ya que suceda lo que sea,
dejémonos llevar por la locura;
prendido el corazón como una tea

vivamos con ardor esta aventura.
Un dios así lo quiere y lo desea,
¡dejemos la razón y la cordura!





Francisco Escobar Bravo
9 de abril de 2007

VOLVER