LA CUESTA DE FEBRERO

 

La cuesta de febrero es empinada.
Los dandis sin dinero en el bolsillo
se comen cual manjar un bocadillo.
Y muchos hay también que comen nada.

Se acuestan sin cenar y allí, en la almohada,
soñar con sabroso solomillo
es truco que bien mata el gusanillo
y dicen que su tripa está estregada.

El caso es presumir ante la gente,
tapando las miserias de su vida;
fingir que se es magnate e, indolente,

no darle ni valor a la comida.
Si luego no se puede hincar el diente
se vuelve uno a acostar y el hambre olvida.



Francisco Escobar Bravo
12 de febrero de 2008

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