¿EN QUÉ ME EQUIVOQUÉ?
¿En qué me equivoqué? ¿Cuál mi pecado
que viene en mi vejez a atormentarme?
Severo y pertinaz, como un gendarme,
insiste en que reviva mi pasado.
Que justo es mi castigo no he dudado
jamás, porque pequé sin un adarme
de culpa y de pesar. A castigarme
preciso es pues que venga mi cruel Hado.
Y ataca donde duele más profundo,
que en carne de mi carne hace su herida;
a aquella que más quiero en todo el mundo,
por quien a no dudar diera la vida.
No quiero ni pensar. Meditabundo,
añoro aquella etapa ya perdida.
No se da por vencida
mi fuerza y lucharé, pero me temo
que empleo en mi bogar tan sólo un remo.
Francisco Escobar Bravo
22 de septiembre de 2007